miércoles, 21 de diciembre de 2011

Chicago, el Triunfo de la Sencillez

Cuando nos sentamos en nuestra butaca y nos disponemos a disfrutar de “Chicago” no podemos imaginarnos que la historia de Roxie y Velma haya sido inspirada por hechos reales, pero cuando la periodista del Chicago Tribune, Maurine Dallas Watkins, fue destinada a cubrir los juicios de las asesinas Beulah Annan y Belva Gaertner, no imagino que la publicación de sus columnas en el periódico tendrían tal repercusión que acabaría escribiendo una obra de teatro basada en ellas.

Y así nacieron Roxie Hart y Velma Kelly, dos coristas con ansia de fama unidas por el crimen, por una ciudad, Chicago, y por un hombre Billy Flinn, un sensacionalista abogado por cuyo favor competirán ambas.

Pero ninguna de las dos nació cantando, triunfaron en el teatro llegando incluso a los escenarios de Broadway a través de la versión teatral, pero hubo que esperar hasta el año 1969, momento en el que Bob Fosse se hizo con los derechos de la historia para transformarla en el musical que es hoy, y hacer bailar a nuestras protagonistas “Al son del Jazz”.

Desde el comienzo de su andadura como musical en el año 1975 Chicago ha cosechado gran éxito de público y critica obteniendo 6 premios Tony así como un Grammy a la mejor grabación, sus canciones han llenado teatros de todo el mundo, su adaptación cinematográfica protagonizada por Catherine Z Jones y Renee Zeelweger en el año 2002 gano 6 Oscars incluyendo el de mejor película, solo otro musical, Oliver!,en el año 1968, había conseguido este galardón.

Chicago tiene la formula para triunfar, es un espectáculo divertido y ameno, ingenioso e irónico, provocador y sexy, tremendamente sencillo pero increíblemente efectista. Y es que ese es quizá el mayor triunfo de Chicago, su capacidad de deslumbrar al espectador sin grandes decorados, apenas cambios de vestuario y un mismo escenario durante toda la representación.

Chicago es el triunfo de la sencillez; cada canción, cada número, cada foco, cada movimiento, cada dialogo todo esta perfectamente estudiado para provocar en el espectador un efecto y para crear un conjunto espectacular, sin duda el paso de “espectacular” a “obra maestra” lo dan esos pequeños detalles que llevan a ese elitista olimpo a producciones como Chicago.

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